miércoles, 28 de agosto de 2013

El fenómeno megalítico: Stonehenge.

Si la historia tiene infinidad de misterios, cuanto más encierra ese periodo inimaginable de tiempo al que llamamos Prehistoria. Durante el Neolítico, se dio en  el continente europeo una circunstancia sin precedentes. De repente y sin previo aviso, el ser humano comenzó a levantar grandes bloques pétreos sin hoy día podamos dar una explicación coherente. En las siguientes líneas expondré un análisis detallado de los rasgos que a mi juicio es una de los complejos arquitectónicos construidos por la especie humana. Su significado, recalcando lo anterior, no lo sabremos. Creo que eso es lo conveniente, sabemos que está ahí por algo. Dejemos volar nuestra imaginación.


En esta representación observamos varios conjuntos de grandes piedras, donde se repiten los mismos parámetros para realizar formaciones similares. El tipo de construcción, donde se repiten dichos parámetros, lo observamos en un primer plano, en el que se muestran dos grandes conjuntos donde esto se hace visible. Se trata de construcciones formadas por megalitos o piedras grandes dispuestas de forma arquitrabada donde dos son los elementos sustentantes que en disposición vertical soportan el peso de otro, que es el elemento sustentado, dispuesto de forma horizontal formando una estructura cuadrangular.

Reconstrucción hipotética de planta y alzado.
A esta estructura se le denomina comúnmente en arquitectura trilithon o trilito, formado por dos grandes piedras en posición vertical a las que denominamos postes, mientras que el megalito en posición horizontal lo denominamos dintel. El material en que esta realizado es la piedra, aunque no se pueden dar garantías de que tipo de roca es. Si podemos afirmar que debe tratarse de algún tipo de roca granítica o metamórfica por sus características de resistencia y durabilidad.

Los megalitos a los que nos hemos referido pueden ser con toda certeza menhires ya que representan grandes piedras hincadas en el suelo. El término menhir proviene del bretón y significa literalmente piedra alargada. Se trata de un bloque de piedra casi siempre en estado natural o mínimamente retocado que se coloca de modo vertical en el suelo. En la figura observamos perfectamente el retocado la que se ha sometido la estructura dando sensación de pulimento en las grandes piedras.

Entre los distintos tipos de menhires u ortostatos debemos destacar los que se encuentran aislados por un lado, los alineamientos de varios menhires aislados, que llegan incluso a superar el centenar de metros por otro, y finalmente, los crómlech, que son alineamientos de menhires dispuestos de forma circular. El hecho de que no veamos alineados uno tras otro y, sin embargo, veamos varias de estas estructuras de forma lateral, frontal o desde otra perspectiva nos lleva a deducir que es una estructura tipo circular o crómlech.
Entre las muchas teorías de cómo se erigieron estas estructuras, la que más fuerza cobra es sin duda el ejemplo de la imagen.

Ubicamos este tipo de edificios dentro del fenómeno megalítico. El megalitismo es una manifestación artística prehistórica que como la mayoría posee un significado más bien desconocido. Existen multitud de teorías acerca de su posible utilización o sentido simbólico. Entre ellas podría destacar su papel funerario y religioso considerándose este tipo de construcciones como lugares de culto. Además estas grandes construcciones neolíticas pueden tener una connotación territorial, es decir, delimita un espacio ocupado por un determinado grupo humano o se situaría en el lugar más importante de su territorio.

En este caso concreto los crómlech además de tener funciones rituales, religiosas o actuar incluso como necrópolis, se cree que representa un elemento de reorganización social e incluso podrían tener connotaciones relacionadas con la astronomía y la medida del tiempo.

El megalitismo se extendió por toda la fachada atlántica europea, desde la península escandinava, pasando por la actual Dinamarca, y desde ahí por todo el norte de Europa hasta llegar a Bretaña, el resto de Francia, las fachadas norte, oeste y sur de la península ibérica y la parte norte de África en lo que hoy sería Marruecos, Argelia y Túnez. Es reseñable apuntar un fenómeno megalítico distinto denominado ciclópeo que se dio a la par en Baleares y Cerdeña.
Áreas de extensión del Megalitismo en marrón. En verde la 
particularidad de la arquitectura ciclópea que se dió en Cerdeña.

Finalmente, y para dar por finalizada la explicación de esta construcción (la cronología se pondrá más adelante), habría que decir que por las características concretas que en sí contiene, y sin ahondar en profundidad de qué obra podría tratarse, aclararemos una serie de cuestiones. Por el modo constructivo y la conservación de los elementos nos podríamos encontrar frente a un crómlech británico, con toda probabilidad uno de los más famosos de la historia: Stonehenge.

Es importante saber diferenciar los términos ya que muchas bibliografías podrían llevar a engaño. En primer lugar el termino henge, que es una palabra inglesa, hace referencia a un espacio, normalmente circular, de aproximadamente más de 20-30 metros de diámetro en adelante y que se da principalmente en Gran Bretaña; es un espacio horadado en la superficie terrestre, compuesto por fosas y montículos de tierra con enterramientos en sus proximidades y que han tenido gran importancia para los prehistoriadores. Por su parte un crómlech, como ya mencionamos anteriormente es un conjunto de menhires, dispuestos individualmente o en forma de trilitos de manera circular, como aquí ocurre. Por tanto Stonehenge es un crómlech dentro de un henge, formando ambos la parte de un todo a la hora de tratar de explicar su significación.

Este ejemplo de superestructura megalítica es la primera arquitectura arquitrabada de la historia, y como comentábamos anteriormente se dio principalmente en la fachada atlántica europea difundiéndose más tarde por todo el continente. Eran consideradas estructuras funerarias (dólmenes, sepulcros de corredor y galerías cubiertas) y construcciones rituales (menhires, alineamientos, cromlechs) aunque ninguna categoría excluya a la otra pudiendo ambas conjuntarse perfectamente como lugar de reunión ritual o zona de enterramiento. Estas construcciones denotan unos lazos sociales muy fuertes amén de poseer un carácter simbólico, astronómico y como marca territorial. El megalitismo surge en Europa occidental, rompiendo el C14 la teoría que afirmaba que su extensión fue de oeste (traído de Próximo Oriente) a este y no al revés como sucedió en realidad. Su nacimiento y evolución viene dado por los pueblos concheros mesolíticos y la posterior asimilación de las culturas neolíticas y la aplicación de las técnicas agrarias traídas de oriente. El fenómeno megalítico surge alrededor de 4800 años antes de nuestra era y pervive hasta el 1200 a.C aproximadamente. Existen dos cronologías, la primera de ellas la que va desde c. 4800 a.C-3000 a.C, que supone su nacimiento e implantación por diferentes territorios, entre ellos el sur de Irlanda, el suroeste de Inglaterra, el norte de la Península de Jutlandia, la Bretaña francesa, el sur de Francia, Portugal, Córcega y Malta. La segunda fase es la de difusión que va desde el 3000 a.C hasta el siglo XIII a.C. Aunque se difunde hasta el 1200 a.C, podemos decir que alrededor del 2500 a.C tiende a perder importancia y a casi desaparecer como consecuencia de la utilización del metal que cambiara la perspectiva de las sociedades en su evolución histórica.
Vista aérea del complejo megalitico inglés.

No podemos englobar a las culturas constructoras de los monumentos megalíticos, pues cada una de estas culturas, a pesar de tener como común denominador este tipo de construcciones son producto de una cultura regional especifica que denotan las primeras comunicaciones entre pueblos europeos. Estas construcciones reflejan una gran jerarquización de la sociedad de los grupos del neolítico final y sobre todo la pertenencia a un territorio hasta tal punto que el megalito se convierte en fósil director de las primeras culturas neolíticas europeas. La sociedad megalítica ya no es igualitaria, ya que la agricultura y la ganadería generan excedentes que son aprovechados por determinados individuos para enriquecerse. Dentro de la cultura material las relaciones del arte esquemático por la repetición de temas que se verán desarrolladas en ídolos antropomorfos y zoomorfos esquematizados donde predominará la abstracción geométrica. En el caso concreto de Stonehenge, se documenta la utilización de su espacio desde el mesolítico alrededor del 8500 a.C. Este monumento ha tenido diferentes fases de construcción que datan desde el 3100 a.C hasta el 1600 a.C diferenciándose 3 fases constructivas. Se desconoce la función o atribuciones exactas que pudiera tener. En primer lugar, relacionada con los periodos de siembra y cultivo en el que todos los que formaban la comunidad construyeron este conjunto. El punto de vista arqueoastronómico da lugar a pensar que los constructores de esta imponente obra tenían conocimientos estelares ya que en cada solsticio de verano el sol atraviesa el complejo por su eje. Stonehenge, además, fue utilizado durante mucho tiempo como lugar de enterramiento, en concreto el C14 aporta datos fehacientes que sitúan estos enterramientos, y deposiciones cinerarias entre el 2900 a.C y el 2400 a.C.


Adrián Martel Martel. Agosto 2013.

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